Brasilia, 22 feb (PL) Brasil aparece hoy en la lista de los países más peligrosos para la práctica del periodismo en el mundo, al registrar en 2018 tres locutores de radio asesinados y 114 agresiones físicas o verbales.
Según un informe divulgado por la Asociación Brasileña de Redes de Radio y Televisión (Abert), la violencia contra profesionales de medios de comunicación nacionales aumentó el pasado año 50 por ciento más respecto a 2017.
El documento registra casos de asesinatos, agresiones, amenazas, intimidaciones y ataques a los profesionales de la comunicación que tuvieron lugar en 2018.
De acuerdo con la Abert, los presentadores radiales (Jefferson Pureza, Jairo Souza y Marlon Carvalho) fueron ultimados tras denunciar casos de corrupción o irregularidades de autoridades o políticos, contra uno en 2017.
Si analizamos que durante todo el año pasado, 86 periodistas fueron asesinados en el mundo, la cifra de tres en Brasil resulta muy elevada, al considerar que no es un país que vive en zona de conflictos, dijo el presidente de la Abert, Paulo Tonet Camargo.
La asociación detalló que 165 profesionales y medios de comunicación sufrieron violencia no letal, en un total de 114 casos registrados contra periodistas brasileños, principalmente agresiones físicas (39 casos).
Camargo aseguró que «tuvimos un año con episodios importantes en el país, que merecen cobertura por parte de vehículos de comunicación y que generan varios casos de agresiones contra periodistas».
Lo anterior en clara alusión a la campaña electoral, la condena y prisión del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, y la huelga protagonizada por miles de camioneros que en mayo paralizó el país.
Para el director general de la Abert, Cristiano Lobato Flores, toda violencia es motivo de repudio, en especial, cuando se dirige a un profesional de la prensa, que tiene la misión de informar a la sociedad sobre asuntos de su interés.
«Es inaceptable el intento de impedir la actuación de los profesionales de la comunicación en la cobertura de tales hechos», subrayó.